The Indicator: Lo que sube, no baja

Ya todos sabemos lo que Banksy, grafitero, activísta político y crítico piensa sobre el “One World Trade Center”. En la columna que escribió para el New York Times, declaró que el edificio era un “shyscraper” (rascacielos tímido), aludiendo a su condición esquiva y vergonzosa. A pesar de que esta columna no fue publicada, la opinión de Banksy ha circulado de todas formas, provocando la molestia entre los habitantes de Nueva York. Aún más, las declaraciones, están publicadas en la página del artista, donde, irónicamente, aparece como si fuese una portada de un Diario.

En el artículo, Banksy escribe; “[El edificio] te recuerda a un niño alto que incómodamente debe bajar sus hombros para no resaltar sobre el resto. Es la primera vez que me toca ver un Shy-skyscraper”. De todas formas, estas declaraciones no impidieron que el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CBTUH) lo galardonara como el Edificio más alto de este Estado de América. ¡Genial!

Pero, -¿A quién le importa? En la Ciudad de Nueva York suceden muchas otras cosas urbanas lo que hace que el problema de los Edificios en Altura, ya no tenga la misma relevancia que antes, o francamente sea inútil. Hoy, intervenciones infraestructurales de tipo horizontal, como el New York High Line, por ejemplo, son mucho más significativas. Frente a un complejo escenario urbanístico y desarrollo desigual, los edificios en altura se presentan como la salida fácil, mientras que el problema realmente se encuentra hoy a nivel de suelo,  donde el derecho al aire, el acceso a la luz natural, a la vistas y al horizonte, se tornan cada vez más escasos.

Aún así, diversas ciudades alrededor del Mundo continúan presentando las torres como íconos de poder político y económico.

Vivimos en la era de rascacielos biselados (¿Cuántos rascacielos ya hemos visto aquí en PlataformaArquitectura). Quizás Nueva York, debería haber simplemente re-construido las Torres originales, de modo de ahorrarse otro rascacielos biselado más. Al menos cuando OMA diseña un rascacielos, lo hace intentando algo diferente, ya sea doblándolo sobre sí mismo como en el caso del CCTV,-edificio que por lo demás ha sido premiado por el CTBUH como el mejor Rascacielos del mundo- o levantando el podio del suelo para re-definir las condiciones de suelo, como en el caso del Shenzhen Stock Exchange.

Entonces están los edificios torcidos, curvos y distintas formas cilíndricas. Como desarrollo estratégico, son altamente estrechos: algunas veces, literalmente en el caso de silver, el edificio súper alto de SHoP Architect’s. Y esto es porque no todo lo que sube, tiene que necesariamente bajar, o bajar “a goteo”.

El punto es el siguiente; no importa cuál sea el diseño de una Torre, existe hoy una cultura urbana saturada visualmente de excesivos dramas escultóricos, que hace que cada vez sea más difícil valorar estos edificios. Especialmente cuando lo único que nos queda por decir es “Oh, qué edificio tan alto!” La altura debiera ser juzgada entonces según la forma en cómo impacta e influencia esta cultura urbana a nivel del piso.

Muchas ciudades han luchado contra la edificación en altura para mantener las vistas, el horizonte, y las características urbanas de los tejidos históricos. En Hamburgo, Alemania, por ejemplo, es ampliamente aceptado el hecho de que ningún edificio nuevo pueda superar en altura a la Iglesia más alta. A pesar de que Hamburgo es una de las ciudades con el mayor crecimiento urbano de Europa y representa uno de los principales centros de desarrollo tecnológico,  se mantiene en gran parte como una ciudad baja, y feliz de serlo. 

El desarrollo urbano vertical necesita ser más que simplemente sobre la verticalidad. Si la edificación en altura continúa quizás funcionaría mejor en formas híbridas para usuarios mixtos, o como renders que vemos, con generadores y energías alternativas. Dejemos a los edificios ser altos, para que cumplan otras funciones, y quizás, solo en ese momento, merezcan ser reconocidos y premiados.

Guy Horton es un escritor radicado en Los Ángeles, EEUU. Además de ser editor de “The Indicator” contribuye en The Architect’s Newspaper, a Revista Metropolis, The Atlantic Cities y The Huffington Post. También ha escrito para Architectural Record, GOOD Magazine, y Architect Magazine. Puedes escuchar sus podcast en la radio como invitado del programa: DnA: Design & Architecture de la frecuencia 89.9 FM KCRW de Los Ángeles. Síguelo en Twitter @GuyHorton.

Sobre este autor/a
Cita: Horton, Guy. "The Indicator: Lo que sube, no baja" [The Indicator: What Goes Up Does Not Come Down] 30 dic 2013. ArchDaily Colombia. Accedido el . <https://www.archdaily.co/co/02-322482/the-indicator-lo-que-sube-no-baja> ISSN 0719-8914

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